viernes, 20 de diciembre de 2013

LA ACEQUIA GRANDE DE FERREÑAFE

Es la que ahora se conoce popularmente como acequia El Pueblo; los jóvenes y niños ferreñafanos acostumbrábamos en épocas calurosas pasar horas nadando, buceando y jugando en sus aguas y no era raro toparnos con algún bagre o cachuelo que nos pinchara con sus espinas bajo las aguas. Era una gran diversión lanzarse de cabecita desde algún bordo y los mas audaces ejecutaban los saltos mortales mientras otros preferían jugar "la pega" y hasta un partido de fútbol dentro. Había épocas que abundaban los bagres, cachuelos, lifes, cascafes, mojarras, que se podían pescar juntando grandes baldes de ellos pudiendo comercializarse por las calles o el mercado con gran demanda, hasta se podían encontrar camarones en las compuertas los cuales junto al resto de la pesca eran llevados a casa y nuestras madres preparaban fritos en el desayuno con café y pan o sudaditos en el almuerzo deleitándonos con un gran manjar. Hablar de "los ojitos" de la acequia Grande era clásico para pasarla bien y ni hablar de "las cataratas". En ese escenario se confundían niños que jugueteaban, jóvenes pretendiendo enamorar alguna guapa ferreñafana que ayudaba a lavar las ropas a su madre, campesinos que se bañaban limpiandose del barro de las chacras, en los bordos se apreciaban burros pastando la hierba, alforjas y ropas de algún bañista y bicicletas chacareras acostadas esperando su piloto. Al final la diversión continuaba con la conocida frase "vamos a tumbar mangos" significando ingresar a las chacras aledañas para tumbar de sus árboles esta fruta y gozar de esta exquisitez ofrecida por la naturaleza, pero siempre a la espectativa de la voz de alerta que nos hacía correr cual fondistas olímpícos: "El viejo ... el viejoooooo! Significando que llegaba el dueño del terreno y por consiguiente de los mangos.

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